Dice el refrán que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero y es en lo que pienso en los últimos días con tantas noticias sobre los supuestos beneficios fertilizantes de la lluvia de barro que hemos sufrido en los últimos días, que incluso hablan de regalo caído del cielo.
Antes de echar las campanas al vuelo por recibir semejante maná caído del cielo, debemos contextualizar y hacer algunos números. Es cierto que el polvo en suspensión en el aire proveniente del Sahara aporta nutrientes de los que carecen otras zonas del planeta, principalmente el fósforo, fuente de problemas geopolíticos y una de las principales causas de represión del pueblo saharaui.
¿Pero qué cantidad de fósforo nos ha aportado este episodio de calima? Según el catedrático de Producción Vegetal y experto en Edafología de la UCO, Vidal Barrón, según la composición mineral del polvo en suspensión del desierto, esta lluvia de barro ha aportado la friolera de entre 100 y 200 gramos de fósforo por hectárea. Contando que un viñedo necesita entre 20 y 25 kg/ha de este mineral o una hectárea de trigo entre 40 y 75 kg/ha, pues decir que el cielo nos ayuda es decir mucho.
PERO ES QUE DICE LA NASA QUE GRACIAS A ESTE POLVO SE FERTILIZA EL AMAZONAS!!!
Un estudio de la NASA dice que la región amazónica al año pierde por diversas razones unas 22.000 toneladas de Fósforo al año y que gracias a los vientos alisios y al polvo en suspensión, se reponen. Esta cifra que parece enorme hay que relativizarla, y es que la Amazonia es muy grande, muy muy grande, de tal forma que esa cifra de 22.000 Tm equivale a unas pérdidas de 32 gramos por hectárea al año.
Pero realmente en todo esto hay un trans fondo mucho más importante. Debemos considerar que lo que es hoy el Amazonas, es fruto de millones de años de acumulación de polvo en suspensión, incluso vamos un poco más allá. Si analizamos los suelos de la Amazonia, podemos afirmar con rotundidad, que pocos suelos en el planeta son menos fértiles, pH bajísimos, niveles de aluminio (debido a ese pH) tóxicos para la mayoría de las plantas, escasa Capacidad de Intercambio Catiónico, sin calcio, sin potasio, sin fósforo, sin magnesio, etc. etc. Entonces ¿Cómo puede ser uno de los sistemas con más biomasa del planeta? La clave está en la materia orgánica. Debemos entender que la selva amazónica es un sistema cerrado, que, durante millones de años, ha ido acumulando nutrientes provenientes de otras zonas, como la calima que nos ocupa, que, a su vez, ha ido generado una biomasa que se ha ido retro alimentando en forma de materia orgánica en descomposición gracias a la actividad microbiológica del suelo, indispensable en cualquier lugar en el que haya vida. Sin esta materia orgánica, sin esta microbiología y sin los pequeños aportes de nutrientes externos, la región amazónica no sería más que un montón de arena sin vida, ahí está la razón de su fragilidad.
Ahora pongámonos en un suelo típico de nuestro viñedo, en el que la materia orgánica no llega ni a niveles simbólicos, que tenemos zonas en las que se pierden más de 25 Tm/ha de suelo debido a la erosión y donde tenemos pérdidas continuas de minerales fruto de esa erosión y extracciones de los cultivos…
Pues la calima es un grano, que no hace granero, pero poco ayuda al compañero.
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