Recientemente El País ha publicado la siguiente noticia sobre los transgénicos:

Una ‘revolución transgénica’ para luchar contra el hambre en el mundo

 

Luis Manuel Rubio, en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas.

Luis Manuel Rubio, en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas. Álvaro García

La noticia no tiene pérdida, pero me hago la siguiente reflexión:

Yo no sé si este tío no es del todo listo, piensa que somos tontos o es que el Grupo Prisa en su cruzada Pro Transgénica piensa que lo somos todos. Ya vale de contar mentiras o verdades a medias.

Y voy a intentar explicarme en varias pinceladas, sin exterme demasiado:

  1. La primera muestra de periodismo torticero y sesgado, es poner al mismo nivel a Mugabe con los anti transgénicos de Greenpeace o Ecologistas en Acción. Es como si quisiéramos hablar de los vegetarianos y empezamos hablando de Hitler, de los millones de muertos judíos, que al igual que Mahatma Ghandi,  los metemos en el mismo saco.
  2. Se habla de que no hay estudios concluyentes de que los transgénicos sean perjudiciales para la salud o el medio ambiente. Un investigador, que publique un artículo en contra de una multinacional, en el mejor de los casos, se quedará en el paro o su universidad o centro de invesitagación le cerrará su línea de investigación presionados por ese magnífico Lobby de la industria agroquímia. Pero lo que sí es seguro, es que se enfrentará a millones de Euros en costas de juicios por demandas por parte de los dueños de las patentes.  Esto es una realidad expresados por importantes investigadores del mundo de la Agricultura. Hay verdadero miedo a publicar en contra de las multinacionales.
  3. Una hipótesis: La relación entre leguminosa y rhizobium (bacterias fijadoras de nitrógeno), es una simbiosis, es decir las dos partes ganan. Esto es una obviedad, pero tiene su intríngulis, y me explico. La bacteria proporciona nitrógeno a la planta, a cambio la planta le proporciona energía en forma de azúcares y ATP a las bacterias. Todos contentos, o no. Evidentemente, ese aporte de energía a la bacteria, a la planta le supone un esfuerzo (que si fotosíntesis, que si respiración, que si transporte de energía, etc), es decir, si la planta pudiese obtener nitrógeno de forma sencilla y gratuitamente, lo preferiría, como lo haríamos todas. Esto nos lleva al siguiente supuesto. Nosotros sembramos esos fantásticos cereales, lo primero que van a hacer es consumir el nitrógeno que haya en el suelo, el que haya, mucho, poco, ni fu ni fa, pero lo consumiría y posteriormente lo sintetizaría. Que conseguiríamos con esto, una progresiva esterilidad del suelo. UNA VEZ CULTIVADOS ESTOS CEREALES, YA NO SE PODRÍA VOLVER A CULTIVAR OTRA COSA, salvo que introduzcamos abonos, con más dependencia de la industria, que casualmente es la misma que nos vende las semillas.

Esta problemática se vería incrementada si seguimos realizando agricultura como la conocemos hoy en día, basada en la desestructuración del suelo y el cero incremento de materia orgánica.

Por otro lado ¿qué pasaría con las plagas al crear un mega monocultivo? Insectos, plantas competidoras, etc, ¿como las combatiríamos? Pues con más insumos y más dependencia de la industria.

Y claro, estamos hablando del nitrógeno, Pero ¿qué pasaría con el fósforo, potasio, zinc, magnesio, calcio, y los otros 72 elementos existentes en las plantas?, ABONO, ABONO, DINERO, DINERO.

  1. Imaginemos una carrera, con el número 1 nuestras especies autóctonas, que tienen que buscar recursos para poder desarrollarse. Con el número 2 un vegetal que no necesita buscar nitrógeno para ganarse la vida. La meta, el suelo, el agua y la luz. ¿Quién ganaría? Pues ahora soltémoslos a ver quien gana. Sería un desastre ambiental sin precedentes, porque claro, como vamos a poder reproducir las semillas GRATIS, se supone que tienen gran facilidad de reproducción.
  2. La última parte del anterior punto me lleva a esto. ¿¿¿¿¿SEMILLAS GRATIS o a COSTE?????????? Actualmente el mercado de las semillas a nivel mundial se reparte entre cuatro empresas, las legislaciones estatales están dificultando cada vez más el que un agricultor se reproduzca su propia semilla, pero claro, llega ni más ni menos que BILL GATES, el gran benefactor, uno de los hombres más ricos del planeta, que sólo le han condenado incontables veces por monopolio del mercado porque le tienen manía, a pagar la investigación a un españolito para que acabe con el hambre en el mundo. O igual les ha dando la ventolera a Bayer, Dupont, Pionner, etc… Quién sabe.
  3. El artículo no duda en resaltar las declaraciones de Norman Borlaug de que la oposición a los transgénicos es elitista y conservadora. Pues bien, actualmente, la mayor oposición a estos cultivos no se da en el Lidl, Carrefour, o Alcampo.  La oposición más fuerte viene de Angola, Sudán, Zambia o Etiopía (pero como son negritos y tontos no saben lo que necesitan, para eso estamos los blanquitos que lo sabemos todo) se da en México, Brasil, Argentina,  donde todas las semanas, decenas de dirigentes campesinos son asesinados por su oposición a los cultivos transgénicos. Oposición porque ven peligrar su cultura agrícola, su tesoro de biodiversidad agrícola, su sistema de vida. Noticias reflejadas en estos medios de forma inversamente proporcional las beneficiosas para los transgénicos.

 

No me atreveré a decir rotundamente que los transgénicos son malos para la salud, puede que lo piense, pero no puedo ser tajante. No como lo hago en esta parrafada donde SÍ soy tajante.